
Hay una tendencia popular a relacionar las emociones a los vínculos afectivos.
Nuestro estado emocional es personal, representa como nos sentimos internamente instante tras instante desde que nacemos hasta que morimos sin interrupciones e impacta en todos los aspectos de nuestra vida, no sólo a nivel vincular o en relación a un otro.
Las emociones son reacciones químicas de nuestro organismo que tienen un efecto que experimenta nuestro cuerpo físico como resultado de la secreción de hormonas que allí sucede y está acompañado de un estado mental (funcionan juntos en equipo).
Algunos autores hablan de hasta 4000 emociones, otros las clasifican entre emociones primarias o principales y secundarias, incluso también existe la diferenciación entre emociones y sentimientos, lo importante realmente es el concepto por lo que en esta ocasión miraremos a todas bajo la misma lupa 🔎y nos referiremos a emociones sin más.
Emociones limitantes y expansivas
Las emociones expansivas son aquellas que nos generan bienestar, ese bienestar se manifiesta en nuestro estado anímico potenciando nuestras capacidades y habilidades, fisiológicamente nuestro cuerpo se siente liviano, relajado, cómodo, libre, seguro, listo para responder, para hacer, para crear y para ser.
Esta química mantiene a nuestro organismo sano, en equilibrio y feliz.
Las emociones limitantes nos generan malestar, a nivel anímico nos anulan, a nivel fisiológico se sienten en nuestro cuerpo físico en el tren superior, como por ejemplo nudos en la garganta o en el pecho, mariposas en la panza, presión en el corazón, tensión y rigidez.
Esta química además de sentirse muy incomoda en nuestro cuerpo, afecta el equilibrio de nuestro organismo y lo deteriora.
La emoción que sentimos en cada momento además de ser nuestro estado interno es lo que impulsa nuestro comportamiento o acción posterior, nuestro cuerpo responde a nuestro estado emocional.
Algunos ejemplos:
Si me siento entusiasmado, reconocido, motivado a iniciar un proyecto voy a aportar valor, a mostrarme, a hacer, esa química emocional prepara automáticamente al cuerpo y lo impulsa a hacer.
Si me siento desvalorizado o exigido en el trabajo no voy a rendir bien, probablemente procrastine, quizá sienta vergüenza y esté muy limitado en mi capacidad de hacer. No es algo voluntario ni un tema de falta de capacidad, el cuerpo no responde.
¿Para qué existen y cómo se crean las emociones?
Nuestra biología es pro – vida, las emociones son mecanismos biológicos que se activan y están a nuestro favor siempre, bien para que avancemos o para protegernos si cree que hay un potencial peligro que atente a nuestra supervivencia.
Se crean en base a nuestra interpretación de la realidad y al estímulo al cual estamos expuestos. Hay estímulos externos (aquellos que podemos percibir a través de nuestros sentidos, sucesos exteriores) y estímulos internos (nuestros pensamientos, un recuerdo, una visualización o un movimiento: lo generamos nosotros mismos)
Cada interpretación es personal, posiblemente una persona que se crió en el Amazonas y de repente ve un jaguar en el medio de la selva se le active una emoción diferente que a una persona que se crió en la ciudad y se perdió en un tour mientras estaba de vacaciones.
La interpretación de la vida que activa nuestro universo emocional depende de cada historia, de cada contexto, de nuestro sistema de creencias y de las herramientas emocionales y trabajo personal que cada persona tenga.
Aceptación de todas las emociones
Es fundamental no juzgar nuestras propias emociones, siento lo que siento, lo observo y si me limita o me genera malestar lo trabajo poco a poco. Si es una emoción limitante y además de sentir la incomodidad natural de la propia emoción creo que está mal sentirme como me siento, hay doble malestar (y doble reacción química). También puede suceder que siento una emoción expansiva y luego aparece la culpa (creer que es incorrecto sentirme así).
Juzgar nuestras emociones es ir en contra de nuestra biología, que es correcto y que es incorrecto es un invento de la mente y del ser humano como resultado del proceso de socialización, la naturaleza no juzga ni sabe de moral, tampoco le importa si es verdad o es mentira, y mucho menos si tenemos razón o estamos equivocados, lee lo que interpretamos y como lo vivenciamos internamente en base a nuestro estado de conciencia instante tras instante y lo transmite a nuestras células. Si se activa una emoción es porque me siento amenazado o está el terreno libre para avanzar, un gran regalo de la naturaleza que oficia de alarma y nos invita a empezar a observarlo a trabajarlo o a potenciarlo.
En este proceso de socialización y de evolución humana nos hemos ido condicionando, programando y automatizando para ahorrar energía, por lo que es muy habitual que ante un estímulo nuevo si no estamos entrenandos la biología tome lo ya guardado y no se actualice a la dinámica actual o a lo que es funcional y potenciador para nosotros en momento presente.
El trabajo de expansión de conciencia permite hacer consciente las limitaciones y programas para cambiarlos o potenciarlos
Habilidad emocional: una cosa es lo que siento internamente y otra como lo expreso externamente (reacción vs respuesta)
La gestión emocional es interna y luego la acción o movimiento que hago externamente es parte del trabajo personal que tengamos hecho y el que vayamos incorporando a lo largo de nuestro proceso. Poder canalizar eficientemente nuestras emociones, regularnos, y evitar impulsos emocionales desfavorables son grandes desafíos a desarrollar.
Detenerse, autoindagarse, dar espacio, ejercitar la visión, trabajar con futuros escenarios posible antes del movimiento, y sobre todo experimentar son algunas claves que se pueden empezar a implementar.
Todo se entrena, quizás al principio reaccionás, luego empezás a responder, vas mejorando la calidad y el tiempo hasta que se vuelve automático y adaptable a cualquier situación.
Lo interesante es que la vida es la propia práctica instante tras instante, estímulo tras estimulo, interacción tras interaccion en los distintos ambientes en los que te encuentres, personas con las que trates y con vos mismo.
Neutralidad emocional: las dos caras
Hay dos estados de neutralidad emocional, el primero es el famoso piloto automático, en ese estado no nos detenemos a cuestionarnos, el cerebro toma lo viejo y conocido (porque ya sobrevivimos en el pasado de esa manera y entiende que continuar comportándose de esa manera tiene una intención positiva: seguridad, pertenencia, importancia o variedad), por lo que es habitual que ante los distintos estímulos nuestro estado emocional sea estable, no haya grandes sorpresas y nuestra vida sea más o menos la esperable dentro de ese estado de conciencia.
La hiperproductividad va muy de la mano, no detenerse a integrar no permite una conexion emocional con lo que estoy viviendo por lo que el mecanismo de supervivencia que activa el organismo es apagarnos emocionalmente “para poder cumplir con todo”.
El segundo estado de neutralidad emocional es luego de superar el piloto automático, empezar a conectarse emocionalmente y actuar en consecuencia de manera funcional, quizás en esta etapa sea habitual el vaivén emocional interno ya que vamos a estar más sensibles a los estímulos, y fisiológicamente vamos a sentir más por lo que vamos a gastar más energía, este es el paso previo para poco a poco ir entrenándonos para lograr un estado emocional neutro independientemente de lo que suceda.
Los estados emocionales se trabajan, se cambian y dependen de nosotros mismos.
La gran habilidad a desarrollar es detectar nuestro estado emocional y cuando detecto un estado emocional limitante saber que lo podemos cambiar.
Algunos Hacks:
Si las emociones tienen un efecto psico- fisiológico ¿qué mejor que nuestro cuerpo y nuestra mente para trabajarlas?
Cuerpo y plano físico:
Si movemos nuestro cuerpo cambiamos nuestro estado emocional y nuestra química interna, no hace falta salir a correr una hora, con bailar una canción, hacer 10 sentadillas, algunas poses de yoga, caminar una vuelta a la manzana o mover nuestro tren superior donde está estancada la emoción con un shaking son buenos puntos de partida para ir entrenándonos y empezar a explorar.
También pueden ser actividades o acciones que nos conecten con el plano físico (la materia) principalmente con el tacto como ordenar un cajón, lavar los platos, cocinar, trabajar en el jardín o en la tierra, pintar, bordar, tocar un instrumento, seguramente ya tengas un montón de ideas en mente de movimientos que podés hacer.
Básicamente cualquier cosa que hagamos con nuestro cuerpo e implique experimentar sensaciones físicas: como el canto, la respiración y meditación, estas últimas dos, son dos grandes herramientas disponibles en todos nosotros para equilibrar estados emocionales, transformarlos y expandir conciencia para crear nuevas posibilidades.
Lo importante es saber que cualquier movimiento o acción cotidiana puede servir.
Si queremos ir más profundo directamente conectar y hacerle espacio a nuestros hobbies y pasiones o cualquier actividad que disfrutemos ya sea algún deporte, arte, entretenimiento, pasar tiempo con seres queridos o en la naturaleza.
Mente: " En el mismo estado de conciencia donde se generó el conflicto, no está la solución"
Los momentos en los que nos encontramos en estados emocionales expansivos son ideales para chequear con cierta distancia y en perspectiva en qué circunstancias se nos activan los estados emocionales limitantes, empezar a detectar patrones y experimentar movimientos. Primero hay que cambiar la emoción, si desde la emoción limitante realizás cambios difícilmente lo resuelvas ya que probablemente manifiestes lo mismo por estar en el mismo estado de conciencia, mantener la emoción limtante y accionar en consecuencia refuerza la red neuronal del conflicto y lo ancla. Lo mismo ocurre cuando hacemos catarsis o hablamos de nuestros conflictos con muchas personas, recomiendo que seas selectivo a la hora de expresar tus conflictos y priorices tanto a un profesional como a quién te pueda comprender pero que a la vez creas que te pueda dar o disparar una visión potenciadora y no quien fomente tu estado emocional limitante consolandote, diciéndote que tienes razón o victimizandote, el proceso es cambiar primero la emoción y desde esa emoción tener la mente al servicio para abrir nuevas posibilidades.
El traslado de recursos también es una gran herramienta a investigar, hay muchos casos de personas que en un determinado ámbito desarrollan habilidades en las que se destacan y la misma habilidad no pueden aplicarla en otro contexto, la clave aquí es apalancarse en que la aptitud ya está integrada, sólo hay que detectar e ir disolviendo la traba para ir trasladándola progresivamente a otras áreas.
Otro punto clave es no “engancharse” y dar vueltas in eternum a la situación de turno que nos genera un estado emocional limitante, quizás al principio estes unos días enganchado y a medida que te vayas entrenando sea 1 o 2 horas hasta que te dejas de enganchar, querer tener razón es nuestro peor enemigo, simplemente afianza nuestro estado emocional limitante, lo que genera que vibremos y atraigamos lo mismo, deteriora nuestro organismo y nos aleja de la solución, es clave “pescarse” y regularse emocionalmente para salir rápido de esos lugares.
Permitirse sentir es un trabajo “extra” para nuestra biología si no estamos familiarizados, para nuestro cuerpo es desafiante, es probable que experimentes sensaciones nuevas, la química que se mueve la vas sentir y puede que en algunas ocasiones haya una carga emocional alta. Tanto cuando estés viviendo procesos emocionales en solitario o cuando estes interactuando con otra persona o situación y se active una emoción fuerte te comparto algunos tips para bajar la intensidad emocional y tomar las cosas mas livianas:
Con uno mismo: hay dos herramientas super potentes donde el juego es el gran protagonista, una es el humor, no tomarse las cosas tan a pecho, reírse de uno mismo y despersonalizarse: irse de uno mismo, verlo desde afuera, o incluso jugar a ser otra persona, de otra edad, de otro país, de otra época histórica, en otra circunstancia, ¿es tan grave lo que sucede como para tomármelo de esta manera? ¿O me lo tomo de esta manera por que soy yo?
En una interacción con un otro: cuidar el tono de voz, las palabras que utilizamos, la velocidad y ritmo al intercambiar, la escucha, son realmente pequeños puntos en la comunicación que hacen la diferencia.
Al salir de una intensidad emocional alta, podemos poco a poco relajarnos y crear un nuevo estado emocional potenciador para desde ese lugar encontrar nuevas soluciones.
Apego a emociones limitantes
La culpa es una de las emociones que más apego tenemos los seres humanos, deriva del juicio, de creer que las cosas están bien o mal, cuando creemos que hicimos algo incorrecto sentimos culpa e inconscientemente creemos que merecemos un castigo, muchas veces ese castigo es sostener un estado emocional que nos limita (sufrir) y lo que no nos permite cambiarlo a uno expansivo para sentirnos mejor
Vamos a dejar la moral de lado, como ya dijimos a la biología no le interesa, el problema del juicio es que creer que las cosas o nosotros estamos mal o incorrectos nos genera malestar y reacciones químicas desfavorables , básicamente nos sentimos mal, nos hacemos daño, limitamos nuestra capacidad de sentir bienestar y de crear. Lo mismo ocurre al revés cuando sostengo un estado emocional limitante por querer tener razón, esto es muy común cuando estamos en el modo políticamente correcto o socialmente aceptado (la contracara del juicio) es decir, creer que las cosas, los otros o nosotros mismos tenemos que ser de una determinada manera o que están preestablecidas.
Cambiar juicio por elección: te invito a empezar a entrenar elegir que deseás y que no deseás en cada situación y que el deseo sea tu motor en vez de juzgar y que el motor para moverte sea el juicio de lo que está bien y lo que está mal. Vas a notar rápidamente los cambios en tu estado emocional, sintiendo bienestar y también en tu autoestima ya que vas a ganar autonomía.
Trabajar la valoración personal: si tener razón implica sostener una estado emocional limitante, nos estamos haciendo daño. Cuando nos enojamos con nosotros mismos, con alguien o con alguna circunstancia por ejemplo, es por creer que la situación debería ser de otra manera y esa manera es la que yo pienso que es correcta, por ende tengo razón, lo que “ganamos” teniendo razón en ese estado de conciencia es valor. Es clave recordar que cada vez que se activa una emoción la biología tiene una intención positiva.
El lado B: lo que ocurre cuando vamos en contra de nuestro estado emocional
Cuando no escuchamos a nuestro cuerpo es muy fácil entrar en estados de exigencia y sobreexigencia pidiendole a nuestro cuerpo más de lo que puede dar en ese momento, situaciones desafiantes vamos a tener siempre, por eso es importante anticiparse, considerar imprevistos, utilizar agenda y sobretodo inicialmente priorizar situaciones, personas, trabajos, actividades que nos generen bienestar emocional y estados de relajación.
"El trabajo más lindo, que más disfrutaremos y que más frutos cosechará es trabajar en nosotros mismos"

Trabajar en uno mismo es desafiante, es probable que pases por todo el arcoíris de emociones, pero te vas a sentir más vivo que nunca, y seguramente no te aburras nunca más en tu vida, el arte del trabajo personal es experimentar instante tras instante y tenemos nada más y nada menos la vida para hacerlo.
A medida que trabajes en vos mismo vas a disfrutar cada vez más independientemente de los resultados ya que el regalo más lindo es sentir bienestar emocional por la satisfacción que implica crecer, como resultado secundario es probable que cada adversidad se sienta cada vez mas chiquita en relación a nosotros mismos y que logres todo aquello que te propongas ✨